La estación de Chamberí fue una de las primeras estaciones en funcionamiento del Metro de Madrid. En la actualidad, esta parada no está en uso, pero su vestíbulo y andenes son visitados por cientos de personas a diario. Chamberí se ha convertido en un museo que recrea la historia del medio de transporte más usado en la capital.
Pasillo y cartel de la estación-museo de Chamberí Fuente: Estefanía Dorado |
En 1919 se inauguró la primera línea de metro, desde Cuatro Caminos (la estación más profunda) hasta la Puerta del Sol.
Entre ellas,
se encontraba la estación de Chamberí, con un diseño funcional y sencillo que
logró atenuar la reticencia de algunos ciudadanos a utilizar el transporte
subterráneo. Para ello, su arquitecto Antonio Palacio, utilizó azulejos de
color blanco y azul cobalto con brillo. Los techos abovedados quitaban la
sensación de estar bajo tierra.
La estación de Chamberí fue restaurada en 2006 para, posteriormente, convertirla en una estación museo que recrea la historia del Metro de Madrid
Tras un
tiempo en funcionamiento, la estación de Chamberí cerró sus puertas al público
en el año 1966 por dos motivos: la imposibilidad de ampliar la estación por su
situación en curva y por la cercanía a las paradas de Bilbao e Iglesia. Hasta
el año 2006, no se inició el proceso de restauración de Chamberí, una estación
olvidada ahora reconvertida en un museo a través del cual se puede conocer de
cerca la historia del metro de Madrid.
Aún se
conservan sus antiguos muros publicitarios, las puertas de acceso al metro e
incluso los puntos de venta donde podían comprarse los tickets para poder
acceder. La antigua estación de
Chamberí se ha convertido en una de las
sedes de Andén Cero, el centro de interpretación de Metro de Madrid.
La estación
de Chamberí recibe a diario casi un centenar de visitantes curiosos por
descubrir que es lo que se esconde bajo el suelo de Madrid. Se trata de una
experiencia testimonial que te transporta al corazón del siglo XX.
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